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Crisis en Jerusalén: El turismo sigue ausente

Crisis en Jerusalén: El turismo sigue ausente

A pocos días de que comience la Semana Santa, las calles de la Ciudad Vieja de Jerusalén siguen prácticamente vacías de peregrinos, con algunas excepciones aquí y allá que apenas logran aliviar el sufrimiento de los vendedores de recuerdos, quienes llevan cinco años encadenando crisis tras crisis.

«En 2020 tuvimos el problema del coronavirus (la pandemia de la COVID-19). Después, tuvimos un poco de tiempo para relajarnos; los turistas empezaron a venir, pero luego ocurrió lo mismo. En los últimos cinco años, solo hemos tenido uno bueno», cuenta a EFE Omar, propietario de una tienda de souvenirs cerca del Santo Sepulcro.

El tendero reconoce que, si pudiera dedicarse a otra cosa, habría dejado el negocio hace tiempo. Pero la tienda es lo único que tiene.

A pesar de que por las calles se ven cada vez más rostros extranjeros, a medida que el tiempo mejora y las aerolíneas retoman sus vuelos a Israel, la mayoría de los que llegan son estudiantes o trabajadores extranjeros y sus familiares, quienes vienen a ocupar el vacío dejado por decenas de miles de palestinos de Cisjordania ocupada, a quienes las autoridades israelíes, tras el 7 de octubre de 2023, no permiten trabajar en el país.

«Lo que ocurre en el ámbito de la política se refleja en la situación. Dado que la situación política no es segura, los turistas tampoco se sienten seguros», opina Omar.

Tres monjas frente a un tienda en la Ciudad Vieja, en Jerusalén
Tres monjas frente a un tienda en la Ciudad Vieja, en Jerusalén. EFE/ Magda Gibelli

«El problema son los seguros»

«El problema fundamental son las compañías de seguros», explica el sacerdote Joaquín Paniello, del Opus Dei, quien lleva 15 años viviendo en Jerusalén, en una entrevista a la entrada del Santo Sepulcro.

Paniello asegura que muchas aseguradoras todavía no cubren los viajes a Israel, a pesar de que la mayoría de las aerolíneas ya vuelan al país y de que la situación, aunque tensa, no se compara con la segunda mitad de 2024, cuando las tensiones con Irán hacían temer una guerra regional.

Algunas personas no se sienten cómodas realizando un viaje, incluso si se trata de una peregrinación espiritual, mientras que, a pocos kilómetros de distancia, continúa la ofensiva israelí contra Gaza, la cual ya ha causado más de 50,000 muertos.

Sin embargo, los principales afectados por esa decisión, según el cura, son los palestinos cristianos de Jerusalén, Belén y otros lugares sagrados de Palestina, quienes durante décadas han dependido del turismo religioso para llenar sus restaurantes, hoteles y tiendas.

«Todos los que han podido, se han ido», lamenta Paniello. La minoría cristiana palestina es cada vez más reducida.

Jalil Dakak, comerciante de la Ciudad Vieja en Jerusalén.
Jalil Dakak, comerciante de la Ciudad Vieja en Jerusalén. EFE/ Magda Gibelli

Pocos turistas

Detrás de él, junto a la entrada del Santo Sepulcro, se pueden ver algunos grupos pequeños de turistas, la mayoría provenientes de países asiáticos, tomando fotos en la plaza o regateando con algunos de los vendedores de recuerdos.

En el interior, los visitantes apenas tienen que esperar unos pocos minutos en la fila para visitar la tumba vacía de Jesús. Antes de la guerra y de la pandemia, explica Paniello, la espera podía ser de tres horas.

A unos metros del lugar, bajando por la Vía Dolorosa hacia la Puerta de Damasco, una pareja de turistas estadounidenses se detiene junto a una de las innumerables tiendas de regalos que bordean las calles.

«Es un poco sorprendente que no haya más gente aquí», asegura Marilyn Wilkinson. «Todo parece normal: los mercados funcionan, estamos comiendo en restaurantes geniales…», dice su marido, Jim.

La pareja admite que tenía algunas reservas antes de viajar a Israel, por lo que decidieron establecer su base de operaciones en Jordania y, desde allí, recorrer la zona.

«Pensamos que sería una manera más prudente de venir», explica Marilyn, aunque aclara que, una vez pasada la seguridad en la frontera, las cosas se ven mucho más tranquilas.

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